jueves, 22 de agosto de 2013

La Dignidad del Entrenador

             Son muchos los años que me ligan al futbol, desde mis comienzos como jugador en el Club Deportivo OJE de categoría infantil, fue Cipriano Romero  (q.e.p.d.) mi primer Entrenador y mi primer valedor  en mis comienzos como  novillero”.
 
A los quince años comencé con lo que siempre fue “una vocación”; equipos  como CIROCE OJE, DEPORTIVO OJE, SPORTING VICTORIA, todos en categoría alevín,  entonces llamado “futbito” y NIEVES C.F en infantiles, haciendo tandeen con mis grandes amigos, Pepito López Estrada y Antonio López  Páez. Actividad que compaginaba con mis estudios de formación profesional, además  de jugar al mismo tiempo hasta la edad de 18 años. 

Como jugador tuve la suerte de pasar por las manos de Entrenadores, como el ya  mencionado  Cipriano Romero, Miguel  Pedraza, Antonio Romero, Joaquín Padial, Yee Didi, Manuel Robles,  Rafael Morales, Miguel Heredia, Javier Izcoa, Pepe Parejo  y a Carlos Marsa que confió en mi dándome la posibilidad de iniciarme en esta labor en el primer equipo del C.P. Granada 74,  a todos,  mi recuerdo, mi agradecimiento y mi respeto. El paso del tiempo me ha ayudado a que mi reconocimiento  hacia ellos haya aumentado, de todos aprendí, sin lugar a dudas. 

Los Entrenadores en otra época  eran respetados y hasta en algunos casos admirados, dirigían equipos en los cuales el sentimiento, fundamentalmente era la motivación de sus dirigentes y aficionados, por lo que los intereses que rodeaban al equipo estaban más que claros. 

 Vivimos un momento en la actualidad complicado: la pérdida de valores, el egoísmo, la introducción de la política dentro del deporte, no desde el amparo a los clubs, sino desde sus intereses ideológicos, el periodismo,  que no siempre cumple con su labor de informar sino que en muchos casos cuestiona la labor de  Entrenadores sin tener criterios propios de la profesión, llegando a veces a ponerles en la picota de la crítica y forzando su destitución, padres y madres fanáticos que creen que sus hijos son los únicos que  merecen jugar, etc..  

Todo esto hace mucho más complicado nuestro trabajo en la actualidad. El respeto a la figura del Entrenador brilla por su ausencia hoy en día, no íbamos a ser menos que, Jueces, Profesores, Maestros, etc.  

Sin embargo es difícil pedir respeto si nosotros mismos no nos hacemos acreedores a ello. Nuestra labor es sin duda una labor muy importante, no solo en el aspecto deportivo sino también en el aspecto educativo. Debemos de responsabilizarnos de la importancia que realmente contraemos al ser ENTRENADORES. Por ello y desde mucho tiempo he tratado de luchar contra los que no dignifican nuestro trabajo, aquellos que con sus formas de actuar dentro del colectivo provocan que no estemos bien considerados ni respetados. 

Tratándose de individuos con titulación, que permiten que bajo su titulo, sea otra persona la que ejerza las funciones de Entrenador de un equipo, aquellos que no dirigen al equipo en los entrenamientos y desde el banquillo los días de partido, a los que entrenan y/o realizan las funciones de primer Entrenador, cuando tan solo poseen licencia o contrato de segundo Entrenador. 

A los que ejercen las funciones de Entrenador, aún poseyendo titulación, pero sin tramitar la correspondiente Licencia Federativa.  

A los intrusos que entrenan sin titulación, que ejercen las funciones de Entrenador sin licencia, sin estar debidamente autorizado, etc, etc...  

A los clubs que tratan de sacar adelante sus equipos, a veces  con cualquier persona, amigos, jugadores de equipo superior, recomendados políticos, todos   sin ninguna preparación para realizar las tareas a nivel técnico. Desde mi punto de vista no es la mejor manera de dirigir un club con seriedad y responsabilidad. Los clubs grandes se identifican cuando respetan  todos los estamentos federativos cumpliendo y respetando las normativas vigentes. 

Llevo mucho tiempo viendo y persiguiendo estos comportamientos, sin duda, malas prácticas, que descalifican a quien las hace, pero también al colectivo y al fútbol en general.

 Sin duda todos estamos implicados y responsabilizados (Entrenadores, clubs, federación) pero en particular nosotros. Tener un titulo y prestarlo dice poco de quien lo hace y también de quien lo toma, creo que no es la forma de crecer como Entrenador. Pero cada uno elige su camino. ¿ qué conciencia podemos tener cuando pedimos a nuestros jugadores, compañerismo, que sean solidarios, que sean honrados, disciplinados, etc.?, si nosotros no le damos ejemplo.

Todos tenemos un potencial por desarrollar, que no sólo está relacionado con el descubrimiento y la profesionalización de nuestras virtudes y talentos, sino también con nuestra propia DIGNIDAD, en definitiva con nuestra paz y felicidad interior.

Así lo creo, espero abrir conciencia dentro de un colectivo que necesita desde mi punto de vista salir definitivamente de esa miseria.

  Un saludo

Pepe  Sánchez          

                       Entrenador Nacional de Futbol, Nivel III

                       Asambleísta  de la Real Federación Andaluza de Futbol por el  Comité de Entrenadores de Granada.

 

 

1 comentario:

  1. LA DIGNIDAD DEL ENTRENADOR PASA POR TRABAJAR LIBREMENTE EN SU EMPRESA (CLUB), CON TODAS LAS FUNCIONES QUE SU CLUB LE PERMITA, SIN LIMITACIONES DE PUESTOS Y POR ELLO CONSEGUIR UN SUELDO DIGNO Y NOS 150, 200 EUROS. LO SIENTO PEPE, SABES QUE ES MI OPINION Y SIEMPRE LA DEFENDERE.

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